Saltar al contenido principal

Aura humana

El aura humana es una emanación sutil y magnética producida por fuerzas etéreas. Todos los cuerpos, inclusive el físico, humano, poseen ese campo magnético que se irradia de cada individuo, como los rayos solares emanan del Sol.

El aura, a pesar de ser ignorada por la mayor parte de las personas en sus estados normales de conciencia, es percibida y claramente reconocida por individuos que se encuentran en condiciones adecuadas de sensibilidad, llamados sensitivos.

Los campos áuricos

Cuerpo etérico (0,5 a 5 cm.). Interpenetra el cuerpo físico, y es, en realidad, parte de él, llamado ectoplasma, vitaliza y sustenta el cuerpo físico hasta la muerte. Contiene energía de los tejidos, glándulas y órganos, se expande o retrae, de acuerdo con el funcionamiento de ellos.

Cuerpo emocional (2,5 a 7,5 cm.). Interpenetrando el cuerpo etérico encontramos el cuerpo emocional, el vehículo de las emociones, deseos y pasiones; son especialmente las irradiaciones brillantes y mutables de ese cuerpo, constituido por nubes de colores, en continuo movimiento y de apariencia oval, que los videntes describen cuando observan el aura.

Cuerpo mental (7,5 a 20 cm.). El vehículo del pensamiento, tiene una estructura más sutil y menos definida, y contiene nuestros procesos mentales, nuestras ideas y, generalmente, aparece para los invidentes en la forma de una aureola dorada, y cuando está en desequilibrio es translúcido con emanaciones doradas, como burbujas.

Cuerpo astral (15 a 30 cm.). Compuesto por nubes multicolores, derivadas de las percepciones y emociones extrasensoriales.

Cuerpo etérico patrón (45 a 60 cm.). Campo de energía estructurada sobre el cual crece el cuerpo físico.

Cuerpo celestial (70 a 90 cm.). Es el nivel emocional del plano superior, a través del cual experimentamos el éxtasis espiritual; es el plano de identificación con Dios, compuesto por puntos de luz.

Cuerpo causal (75 a 100 cm.). Contiene las impresiones de vidas pasadas. Es el nivel más fuerte y elástico del campo áurico, y contiene la corriente principal de fuerzas que se desplaza a lo largo de la espina dorsal. En las tres últimas capas, en algunos individuos del tipo devoto, místico y generoso, el aura espiritual es muy pronunciada y bella; mientras que en individuos del tipo animal no hay prestigios de ella.